El tino poético del maestro Rodrigo
(Español/English) Wednesday,January 18, 2012
La música española de orientación nacionalista, aquella a la que hay que entender que se refiere quien dice solamente “música española” –aunque me duela que así sea-, ha sido pródiga en música vocal de concierto, género en el cual, por cierto, encuentro no pocas de las joyas en mi opinión más valiosas y perdurables de ese legado musical. Pues bien, en este campo de la música vocal nuestro Joaquín Rodrigo no solamente ha aportado bellísimas páginas, sino que destaca entre sus colegas por el excelente criterio poético-literario que demostró en la elección de sus “letristas”. En un vistazo panorámico a los catálogos de los compositores que viajaron en el mismo barco encontramos, naturalmente, la atención a la poesía popular, tendencia de la que es prototipo las 7 Canciones populares españolas de Manuel de Falla; encontramos también esporádicas presencias de nuestros poetas del ayer lejano –el Renacimiento, el Siglo de Oro…-, en recurrencias a menudo motivadas por conmemoraciones, aniversarios, etc. –de nuevo un prototipo fallesco: el Soneto a Córdoba-; pero, con demasiada frecuencia, encontramos canciones españolas que se apoyan en textos de escritores que distan mucho de la excelsitud literaria, escogidos por motivos de amistad personal, por deudas de gratitud o por cualesquiera otras causas, entre las que no se debe descartar la cortedad del gusto poético del compositor. Ruego al lector que supla él mismo la ausencia de ejemplos que dejo yo.
La música española de orientación nacionalista, aquella a la que hay que entender que se refiere quien dice solamente “música española” –aunque me duela que así sea-, ha sido pródiga en música vocal de concierto, género en el cual, por cierto, encuentro no pocas de las joyas en mi opinión más valiosas y perdurables de ese legado musical. Pues bien, en este campo de la música vocal nuestro Joaquín Rodrigo no solamente ha aportado bellísimas páginas, sino que destaca entre sus colegas por el excelente criterio poético-literario que demostró en la elección de sus “letristas”. En un vistazo panorámico a los catálogos de los compositores que viajaron en el mismo barco encontramos, naturalmente, la atención a la poesía popular, tendencia de la que es prototipo las 7 Canciones populares españolas de Manuel de Falla; encontramos también esporádicas presencias de nuestros poetas del ayer lejano –el Renacimiento, el Siglo de Oro…-, en recurrencias a menudo motivadas por conmemoraciones, aniversarios, etc. –de nuevo un prototipo fallesco: el Soneto a Córdoba-; pero, con demasiada frecuencia, encontramos canciones españolas que se apoyan en textos de escritores que distan mucho de la excelsitud literaria, escogidos por motivos de amistad personal, por deudas de gratitud o por cualesquiera otras causas, entre las que no se debe descartar la cortedad del gusto poético del compositor. Ruego al lector que supla él mismo la ausencia de ejemplos que dejo yo.
Pero éste no
fue el caso de Joaquín Rodrigo. Su sensibilidad poética, nutrida y avivada por
la permanente compañía de su esposa Victoria Khami, se tradujo en una aportación
músico-vocal de muy especial enjundia artística. La propia Victoria, desde
luego, le surtió de textos originales, adaptaciones y traducciones de calidad,
pero su nombre aparece en el catálogo salpicando, por aquí y por allá, una nómina
de ilustrísimos escritores. Entre los clásicos de la historia literaria hispana
figuran Gil Vicente –el gran poeta luso, que se expresó en su lengua materna y
en la española-, el Marqués de Santillana, Cervantes, Lope de Vega… y los
santos Francisco de Asís y Juan Yepes, o sea, San Juan de la Cruz. Entre los
escritores modernos, el tino de Rodrigo es manifiesto: Josep Carner (adaptado
por Gerardo Diego), Unamuno, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado…
La poesía del
XIX, el siglo romántico, atrajo poco a nuestro músico, con la excepción del
verso jugoso de Rosalía de Castro, y no es casualidad, sino un hecho de la
mayor coherencia: los gustos literarios del maestro Rodrigo iban del remoto
ayer al hoy, saltando olímpicamente por encima del pasado próximo, exactamente
igual que cabe observar en sus propuestas musicales, que con frecuencia se
refieren o rinden tributo a formas y sonoridades del Renacimiento y –en menor
medida- del Barroco, y se vierten en un lenguaje inequívocamente “moderno”. En
efecto, el Rodrigo creador, de manera tan espontánea como categórica, renunció
a la herencia de las grandes formas y de la exaltada expresividad de los compositores
románticos centroeuropeos.
José Luis García del Busto
Crítico musical
The poetic
insight of Maestro Rodrigo
Spanish music
of nationalist orientation, that which is understood to refer only to so-called
“Spanish music”- much to my regret- has been rich in producing vocal concert
repertoire, a type of music, by the way, which ofers a number of the gems
that are in my opinion the most significant and enduring of that musical
legacy.
In this field
of vocal music, our Joaquín Rodrigo not only has contributed very beautiful
passages, but stands out among his colleagues for the excellent poetic and
literary criteria that he demonstrated in his choice of “lyricists”. If
we take a broad look at the catalogue of composers who were his
contemporaries, we find quite naturally their attention focused on popular folk
poetry, a prototype being the “7 Canciones populares españolas“ by Manuel de Falla. We also find
sporadic references to our poets from the distant past – the Renaissance, the
Golden Century – often motivated by commemorations, anniversaries, etc. -
again a prototye from Falla, the “Soneto a Córdoba”. However, all too frequently we find
Spanish songs based on lyrics by writers who are far from being sublime literary
beacons, chosen for reasons of personal friendship, in gratitude for debts, or
for any other reason, not excluding the scant poetic tasts of the composer.
Since I give no examples here, I request that the reader find some of his own. However,
this was not the case of Joaquín Rodrigo. His sensitivity to
poetry, nourished and fueled by the permanent company of his wife Victoria
Kamhi, materialized in a musical/vocal contribution of a singularly artistic
essence. It was indeed Victoria herself who provided him with original
texts, adaptations and high quality translations, but her name appears in the
catalogue here and there together with a host of illustrious writers. Among
the classics of Hispanic literary tradition, we find Gil Vicente, the
great Portuguese poet, who wrote in his mother tongue and in Spanish, the
Marquis of Santillana, Cervantes, Lope de Vega... and such saints as Francis of
Assisi and Juan Yepes, known as Saint John of the Cross. Among modern
writers, Rodrigo’s skill was manifest: Josep Carner (adapted by Gerardo Diego),
Unamuno, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado...The poetry of the 19th century,
the Romantic era, did not attract our composer, with the exception of the
colorful verses of Rosalía de Castro, and this is not by chance, but due to the
greatest coherence: the literary tastes of Maestro Rodrigo went from the
remotest times, taking an olympic leap over the recent past, in exactly the
same way that his musical proposals should be seen, which frequently refer to
or pay tribute to the forms and sonorities of the Renaissance, and, to a lesser
degree, the Baroque, flowing into an unquestionably “modern” language. In
effect, Rodrigo the creator, in a way that is as spontaneous as it is
categorical, rejects the heritage of grand forms and exalted expressivity of
the Central European Romantic composers.
José Luis García del Busto
Music critic
Translation by Katherine Zegarra
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